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El vino Argentino en China

Desde hace unos años, la relación comercial entre China y Argentina es fuerte y constante. Entre los productos más requeridos por el gigante asiático se encuentran los porotos de soja, carnes vacunas y aviaries, pescados, mariscos y crudo de petróleo. Sin embargo, hace unos años se firmó un convenio en el cual el país austral comenzaría a exportar otro de sus productos más importantes: el vino.

Ya desde hace algunos años, Argentina intenta abrir mercado para este tipo de bebida en Asia. Es por eso que en 2017 se firmó un convenio entre la entidad Wines of Argentina (la cual nuclea a varias bodegas nacionales) y a Tmall, una plataforma de eCommerce que pertenece al grupo Alibaba. Este portal cuenta con más de 490 millones de usuarios y una facturación anual de más de USD $450 mil millones y un share del 60% de mercado de venta directa al consumidor en el gigante asiático, convirtiéndose así en una de las vidrieras más importantes para este producto. El mismo sitio fue rediseñado para generar una mayor visibilización en el mercado oriental, ayudando que potenciales clientes puedan familiarizarse con las diferentes variedades del vino argentino. Bodegas como Bianchi, Finca Las Moras, Salentein Alta Vista, Finca Quara y El Porvenir de Cafayate, entre otras de Mendoza, Salta y San Juan, están presentes en la mesa de nuevos consumidores todos los días.

Siendo una de las culturas más antiguas de la humanidad, China tiene una larga historia con el Vino. Si bien hay indicios de que su cultivo se habría originado en la antigua Persia (hoy Irán) alrededol del 5400 a.C., las primeras menciones en el gigante asiático aparecen en Memorias Históricas del erudito Sima Qian, escrito durante la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.). Es en ese escrito donde aparece la primera mención de la cosecha de la uva y la fabricación del vino en las culturas de occidente. No fue hasta el 115 a.C. cuando el diplomático Zhang Qian introdujo en China las semillas de la vid y el sistema de cosechado que aprendió en el Valle de Fergana, actual Uzbekistán. La popularidad del vino llegó durante la dinastía Tang (618-907), cuando el bienestar social y la apertura hacia occidente permitieron que esta bebida se extienda hacia toda la clases sociales y el territorio de China. Años después, durante la dinastía Ming (1368-1644), el herborista y acupunturista Li Shizhen escribió sobre los beneficios que tiene el vino para la salud y la estética. La primera bodega moderna, Chang Yu, fue creada en 1892 y empleó a viticultores austríacos que ayudaron a actualizar los métodos de cosecha de la vid y producción de la bebida.

La historia del vino en Argentina es mucho más reciente. A principios del Siglo XVI, el presbítero Juan Cedrón introdujo al país las primeras cepas de uva Moscatel y País. De esa manera, podría obtener el vino necesario para las misas católicas. Más adelante, la orden de los Franciscanos comenzó a cosechar uva Malvasía en la provincia de Salta. Los primeros grandes viñedos fueron establecidos por los Jesuitas en la provincia de Córdoba, donde se producía el vino Lagrimilla Dorada que solía beber el rey Carlos III de España. A finales del siglo XVIII, España y Portugal se disputaron el territorio de la Banda Oriental (ahora Uruguay). Tras finalizar el conflicto, los españoles capturaron a los colonos portugueses que se encontraban en Colonia del Sacramento y la isla de Santa Catarina fueron deportados a lo que ahora son las provincias de Mendoza y San Juan. Allí, no sólo encontraron un clima apropiado para cultivar la vid, también implementaron sus técnicas para la fabricación del vino. La producción de vino en Argentina aumentó significativamente a finales del Siglo XIX, con la primera oleada migratoria de españoles, italianos y franceses. Estos últimos fueron los que introdujeron las uvas Malbec, Cot y Cabernet, plantandolas principalmente en el Valle del Uco. Hacia la década del ‘70, apenas el 10% de la producción total de vinos se dedicaba a la exportación, pero eso cambió debido a que localmente hubo una tendencia a consumir más varietales blancos y se registraban excedentes de los tintos. A partir de ese momento, el vino argentino comenzó a hacerse conocido en el mundo, permitiendo que las mismas bodegas pudieran modernizarse a partir de la década del ‘90.

En la actualidad, la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AAICI) estipuló que la meta para 2019 es comercializar al menos 80.000 a través de Tmall. Si bien este parecería ser un número muy bajo para lo que se espera del mercado chino, es similar a los que obtienen las bodegas de Australia y Nueva Zelanda, las cuales ya están consolidadas en la región. Si bien estas son primeros acercamientos a este mercado, se estima que con el correr del tiempo el share de mercado va a ser mucho más amplio, ganándole terreno a ofertas de otros países reconocidos por su industria vitivinícola.

El relanzamiento de la plataforma Tmall apunta a un mayor crecimiento para la comercialización de vino argentino, en especial ahora que va a incluir una página oficial de los productos del país. De esta manera, las oportunidades en el mercado chino son enormes y las bodegas apuntan a ofrecer gran parte de su selección de varietales y marcas premium y súper premium. Muchas de las personas encargadas de integrar al sitio de eCommerce y las bodegas entienden que esta es una gran oportunidad para construir la “marca país” en China, además de una base sólida para promocionar los productos en ese país. Algunas de estas bodegas incluso creen que, en el mediano plazo, la venta de vinos al gigante oriental podría constituir el 30% de las ventas anuales.

Argentina cuenta con un producto reconocido mundialmente, incluso premiado en rigurosas competencias relacionadas a la enología. Si este proceso de comercialización es exitoso, significa que las mesas chinas van a poder contar con vinos de excelente calidad y la economía argentina va poder contar con otro producto de exportación en el mismo nivel que la carne y la soja.

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