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El Maquillaje en la antigua China

En civilizaciones antiguas como Egipto y Roma el maquillaje ya era parte de la vida social de cierto tipo de personas. Los primeros usaban colores fuertes y brillantes para resaltar los ojos, teñían sus labios con ocre rojo y óxido de hierro natural y delineaban sus ojos con una mezcla de hollín y otros ingredientes que se conocía como “Kohl”. Los segundos también utilizaban esta técnica para maquillar ojos y pestañas, mientras que utilizaban yeso, tiza o carbonato de pomo para blanquear su piel. Entonces no es extraño imaginar que el la antigua China también existían métodos para maquillarse.

 

Se estima que en China las mujeres utilizaban maquillaje fabricado de manera artesanal desde tiempos de la dinastía Yin (1766 - 1122 aC). Como es común en las culturas orientales,  se esperaba que las mujeres de clase alta presente la piel emblanquecida para dar una imagen de fragilidad. La imagen ideal de la mujer china, sobre todo en tiempos antiguos, siempre se asoció a una proporción pequeña, piel pálida, cutis delicado y bien cuidado, ojos luminosos y ojos luminosos.

 

Durante los diferentes períodos de la China Imperial el maquillaje se fue adaptando a cual fuera la dinastía de turno, pero siempre manteniendo una esencia casi uniforme. En tiempos de la Dinastía Qin (221 - 206 aC.) y la Han (206 aC. - 220 dC.) se consideraba la moral de la mujer como muy valiosa, incluso más que su belleza física. Es en esos tiempos en los cuales se vinculaba el color de la piel blanca o clara con los sectores de poder. La gente consideraba que esa la capa gruesa de maquillaje blanco era necesaria para ocultar las posibles “fallas”, brindándole a la mujer un aura de pureza y misterio.

 

También se veía que las mujeres comenzaban a pintar sus labios; en el  inferior dibujaban una gran mancha, mientras que en el superior hacían otra de un tamaño menor. Para lograr este coloreado, usaban pigmentos que se extraían de jugos de plantas, minerales, e incluso de sangre animal. Uno de los tonos más comunes era el bermellón, un compuesto con mercurio que brindaba un color rojo brillante e intenso. Sin embargo, debido a la falta de adhesión, el Bermellón no duraba mucho y terminaba por disolverse con la temperatura de los labios. La solución que se le dió a esto fue agregarle grasa animal y cera minera, generando algo similar a los lápices de labios actuales.

 

En tiempos en donde China sufrió de una fuerte inestabilidad debido a la separación en los reinos Wei, Shu y Wu (220 - 589), se destacó un diseño en los labios que tomaba la forma de un abanico, respetando el contorno y las comisuras de este. Más adelante, durante las Dinastías Sui (581 - 618) y la Tang (618 - 907) los labios comenzaron a ser decorados con la forma de una cereza y la pintura labial ya no era utilizado en barra o como una pasta que se guardaba en caja, sino con una barra circular que facilitaba su transporte. Durante este período también se le dió una gran relevancia a las cejas, las cuales debían ser afiladas, en tonos oscuros y con una forma puntiaguda.


Para el final de la Dinastía Tang, el tradicional rojo con el cual se pintaban los labios pasa a ser negro. Esto generaba un gran impacto visual en los rostros, pero no tuvo mucha aceptación. El rojo volvería a ser nuevamente el color favorito para maquillar esa parte del rostro. En esta época, el ritual de maquillaje que las mujeres seguían consistía en siete pasos:


  1. Aplicar la base en polvo
  2. Delinear el ojo con tinta negra
  3. Dibujar las cejas con un tono oscuro
  4. Aplicar “oro en la frente” o “flores de oro brillante” (estos eran eran diseños que pintaban en sus frentes)
  5. Ocultar los hoyuelos
  6. Colorear las mejillas
  7. Aplicar color en los labios.

 

Para los tiempos de las Dinastías Song (960 - 1279) y Ming (1368 - 1644) volvió a imponerse el colorear los labios utilizando la forma de cereza. Pero, a diferencia del diseño aplicado anteriormente, se respetaba mucho más el contorno y comisuras de los labios. Finalmente, fue durante la Dinastía Qing (1644 - 1911) que, respetando las tradiciones de la etnia Manchú (los cuales representaban alrededor del 5% de la población total de China) se optó por pintar la totalidad del labio superior y a penas una pequeña parte en la parte inferior del mismo.

 

Pero era otra de las partes del cuerpo era tratada con mucho cuidado desde tiempos inmemorables. En la cultura China, las manos son consideradas súmamente importantes. Es por eso que alrededor del año 3.000 aC. se inventó una primera versión del esmalte de uñas. Esta “laca” se fabricaba a partir de cera de abejas, clara de huevo, goma arábiga y gelatina. Años después, el color que elegían para decorar sus uñas era súmamente importante; al igual que con sus labios, las mujeres elegían el rojo para realzar sus delicados dedos. Además se dejaban crecer las uñas para poder demostrar su status (mientras más largas fueran, más alta era su clase social). 

 

En tiempos de la Dinastía Zhou (1122 - 249 aC.), los nobles y las personas de poder utilizaban colores como el oro y plateado para demostrar el escalafón de la sociedad en el cual estaban. Los funcionarios gubernamentales que se encontraran un rango más abajo se coloreaban de rojo y negro. Mientras tanto, el resto de la sociedad sólo podían utilizar tonos pálidos. La elección de esos colores no era casual en la antigua China; el oro y el plata eran colores que se identificaban con los rangos más altos, el negro y el rojo se los asociaba como símbolos de fuerza o ​​audacia y, en el caso de los tonos pálidos, lo que indicaban era una debilidad.