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La Tecnología en China

China es un país que se ha reconvertido en las últimas décadas, pasando de ser reconocido mundialmente por su industria, suministrándole a casi todos los países del globo una variedad incontable de productos,  a obtener el mismo nivel de reconocimiento pero en este caso debido a su alto nivel de desarrollo e innovación en tecnología.

Desde programas de desarrollo de Inteligencia Artificial a nuevas aplicaciones cuyo valor de mercado asciende a cifras millonarias, China posee un plan claro, y sobre todo amplio, en el ámbito de la tecnología. Mientras que, en otras épocas, el lema “Hecho en China” constituía un sello de calidad cuestionable, sobre todo en productos de fabricación masiva, en la actualidad significa tecnología de avanzada en casi todos los terrenos concebibles.

De acuerdo a los especialistas, China ya comienza a perfilarse como uno de los líderes en terrenos en los que hasta hace muy poco no tenía demasiada influencia, como el e-commerce. Esto, sumado a los avances considerables en otros sectores, proyectan al gigante asiático como uno de los líderes mundiales en tecnología.

En Occidente, todavía se tiene la percepción, por cierto, falsa, de que los productos fabricados en China son de baja calidad; en el mejor de los casos, o simplemente copias baratas de productos y marcas bien conocidas, y valoradas por su calidad. Quizás esto pueda haber tenido algo de cierto, incluso hoy, pero también es justo decir que en los sustratos más altos del negocio, la tecnología desarrollada y fabricada en China puede competir con cualquiera.

De más está decir que los consumidores chinos han abrazado las nuevas tecnologías con la misma rapidez con la que el gobierno las ha ido desarrollando. De hecho, las transacciones hechas adoptando el pago electrónico a través del teléfono celular superan en la actualidad a las realizadas a través de medios tradicionales, como el efectivo y las tarjetas de crédito.

Este tipo de transacciones han permitido, además, que un número significativo de consumidores ahora también pueden comercializar sus propios productos, en muchos casos, pequeñas empresas de tecnología. El círculo es claramente virtuoso, y también irreversible. Cuando se da un paso hacia el futuro luego es muy difícil volver atrás.

Existe, no obstante, cierto hermetismo desde los funcionarios del gobierno a la hora de revelar abiertamente los distintos programas de desarrollo que están funcionando en el país, de modo tal que resulta complicado hacer un diagnóstico preciso respecto de qué podemos esperar de China en las próximas décadas. A grandes rasgos, se presume que su nivel de innovación en tecnología hará tambalear a los principales países de la industria.

Para comprender mejor cuál es el modelo de negocios que plantea China a nivel tecnológico debemos empezar por el apoyo del Estado, o mejor dicho, de la estatización de los intereses de las empresas. En otras palabras, la política de las empresas chinas es, en cierto modo, la política del Estado, de manera tal que el Estado defiende esos intereses como si fuesen los propios.

En este contexto, es realmente complicado para otros países estar a la altura del desafío, aún aquellos que cuentan con una larga y venerable tradición en el ámbito de la innovación tecnológica, como Japón y los Estados Unidos, entre otros.

Es decir que, a nivel geopolítico, estamos a las puertas de una nueva revolución tecnológica encabezada por China. Predecir los resultados es más un ejercicio adivinatorio que cualquier otra cosa. Lo único cierto es que China lo tiene todo para convertirse en líder mundial en tecnología, y mantenerse en ese lugar de privilegio durante muchas décadas más.

Las empresas chinas, entre otros ámbitos sumamente innovadores, actualmente se encuentran experimentando con el desarrollo de Inteligencias Artificiales de forma muy audaz. En Beijing, por ejemplo, podemos encontrar el primer parque temático dedicado a las IA, y en el último año las autoridades del gobierno han comentado sus altas expectativas sobre el tema, considerando que el país está en condiciones de liderar este terreno a nivel global.

Estas no son palabras al viento, como podríamos decir desde aquí, sino expectativas basadas en hechos claros, como por ejemplo el de ser el país que más está invirtiendo en el sector. En este contexto, es fácil deducir que tamaño nivel de inversión probablemente le brinde a China resultados de forma mucho más rápida que en otros países, quizás con más tradición, es cierto, pero con una industria mucho más reducida.

Una de las claves para entender cómo las empresas chinas de tecnología son actualmente líderes del mercado internacional, tiene que ver con sus asociaciones con otros países, es decir, con otras empresas con las que se realizan acuerdos periódicos de intercambio. Esto ha permitido incorporar profesionales y conocimientos de otros países, y dentro de un esquema de trabajo en donde todo está pensado para obtener resultados.

Un reflejo interesante del interés de China en la tecnología puede observarse en el aumento de la tasa de inversión en el ámbito de la publicidad y el marketing a nivel mundial. Marcas que hasta hace una década eran prácticamente desconocidas, hoy rivalizan con cualquier otra, dejando atrás aquellos viejos prejuicios sobre la industria china que, como hemos comentado antes, son totalmente injustificados y no tienen apoyo sobre la realidad actual.

Para ir finalizando, nos parece destacado hacer mención a un discurso del presidente Xi Jinping, quien en 2016 anunció que China se convertirá, casi inevitablemente, en el actor líder en ciencia y tecnología en el mundo; y planteó una meta para lograrlo más allá de toda competencia: el año 2030.

El crecimiento de la tecnología en China no solo ha tenido un impacto fuera de sus fronteras, sino también a nivel doméstico. La calidad de vida del ciudadano chino, sobre todo profesional, es considerablemente más alta que en otros países de la región, y poco a poco se aproxima al nivel de los países con mejores estándares de vida.

Dicho todo esto, resulta claro que China ha hecho todo lo posible para hacer de la innovación tecnológica una de sus principales prioridades. Y esa, seguramente, es la única clave de su éxito.

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