El increíble mundo de la moda China, la nueva tendencia
Desde hace varias décadas, no es extraño
hablar de China en todo lo que refiere actualidad mundial. Su rápido
crecimiento económico hizo que se posicione entre las primeras potencias
mundiales, el desarrollo tecnológico permitió que se la reconozca como pionera
en esta industria y su riqueza cultural la convierten en uno de los destinos
turísticos más relevantes del mundo. Sin embargo, hay otro rubro en el cual
China quiere convertirse en uno de los faros a seguir: el de la moda.
Si bien ese concepto aún le parece ajeno a muchas personas, China está abriéndose paso en el mundo de la moda. Es cierto que el gigante oriental ha sido fundamental en el desarrollo del concepto del “fast fashion”(un concepto contemporáneo que remite a marcas de ropa que toman ideas de diseño casi inmediatamente después de que salen en la pasarela), pero algunos diseñadores de ropa quieren aprovechar todo ese potencial y transformarlo en la punta de lanza para poder generar una industria propia con diseños de alta costura y marcas de lujo.
Por supuesto, la historia de la moda en China está ligada con sus años de tradición y su rica cultura. Algunas prendas de vestir suelen estar inexorablemente asociadas con ello como el hanfu, el qipao y el changshan.
Hanfu
Creado en el Siglo II aC., este es un vestido que ha definido gran parte de la historia del país asiático. Tanto mujeres como hombres utilizaban este tradicional traje, el cual se asemeja a una bata de seda. El diseño para ambos sexos contaba con diferencias características; el vestido de los hombre tenía colores opacos, mientra que el de las mujeres contaba una túnica ancha con mangas alargadas, una estrecha falda y colores más claros. Su influencia en el mundo asiático fue tal que fue la inspiración para el clásico kimono japonés. Tal como su nombre lo indica, esta fue la vestimenta tradicional de la dinastía Han (206 aC. - 220 dC.) y su importancia fue tal que se extendió más allá de este reinado. Sin embargo, este tipo de ropa fue prohibida en tiempos de la Dinastía Qing (1644 - 1912), cuando se establecieron nuevas normas de vestimenta.
Qipao
Tal como sucede en regímenes imperiales,
cuando los Qing llegaron al poder establecieron varias reformas con el fin de
distanciarse de las dinastías anteriores. Entre ellas se establecieron nuevas
normas de vestimenta tanto para hombres como mujeres. En el caso de estas
últimas, el hanfu fue reemplazado por otro tipo de vestido: el qipao (también
conocido como cheongsam). Se trata de un vestido que comenzó siendo de dos
piezas y, con el paso del tiempo, pasó a ser de una sola. Las primeras
iteraciones de esta vestimenta eran sueltas, con el objetivo de no revelar las
formas del cuerpo de la mujer. Con el tiempo, comenzó a utilizarse más ceñido
al cuerpo y se transformó en una pieza única. Esta vestimenta es la que más se
suele asociar con las mujeres chinas en el Siglo XX, principalmente por haber
sido popularizada por Nancy Kwan en la película El mundo de Suzie Wong (1960). Actualmente sigue siendo utilizado
como vestido de fiesta, ropa de trabajo e incluso como uniforme en algunas
escuelas privadas en China.
Changshan
La contrapartida de ese tipo de vestido era el
changshan, un vestido similar al qipao de los primeros tiempos pero pensado
para se utilizado por hombres. Esta era la vestimenta formal, en general
acompañada por chaquetas como la magua (la cual tenía un corte a la altura de
la cintura y tenía mangas anchas y cortas). A medida que la influencia de
occidente comenzó a entrar a China, la magua fue reemplazada por los sacos
tradicionales de Europa, los cuáles se transformaron en norma a media del paso
del tiempo. Si bien la Revolución Comunista fue dejando de lado este tipo de
vestimenta, en los últimos años contaron con un resurgimiento, principalmente
utilizada en eventos como casamientos o eventos formales de todo tipo.
Los colores también tienen una gran predominancia
en la vestimenta de China. El que más se utiliza es el rojo, el cual simboliza
la fortuna y la buena suerte (suele ser el que más se ve durante celebraciones
tradicionales como el Año Nuevo Chino). Otros, como el amarillo y púrpura,
solían ser respectivamente exclusivos del emperador y sus familiares hasta el
fin de la dinastía Qing. Sin embargo, hay dos colores que no suelen utilizarse
asiduamente por sus connotaciones: el blanco y el negro. El primero porque es
el tradicional color del luto, mientras que el segundo se lo suele asociar con
la desconfianza y la maldad.
La moda tradicional china no sólo es algo íntegramente cultural, sino que se transformó en la imagen más reconocida de los habitantes de este país milenario. Si bien el “traje Mao” fue la imagen estandarizada para los hombres desde el inicio de la revolución hasta nuestros tiempos, es cada vez más fácil encontrar que el diseño de occidente está siendo parte del día a día de las personas en China. Eso está demostrado con la nueva presencia de diseñadores provenientes de este país, los cuales están integrando estos aspectos culturales a la confección de piezas que se usan en todo el mundo. No es extraño encontrar que en las fashion weeks de Nueva York, París y Londres hay cada vez más representantes de la moda china como Huishan Zhang, Xuzhi Chen o Wanbing Huan. Si bien muchos de estos exponentes de la cultura de la indumentaria estudiaron en universidades y escuelas de occidente, fue la cultura de su país de origen la cual le dio un marco en el cual pudieron desarrollar su estilo único.
Pero es esa mezcla de dos mundos la que genera
un impacto positivo en las personas. Mezclar el “misterio” de la cultura
oriental con fundamentos ya establecidos de la moda occidental termina creando
piezas diferentes a las cuáles estamos acostumbrados. Y, si bien aún se están
abriendo paso en el mundo de la alta costura, no sería extraño que en los
próximos años estemos más acostumbrados a escuchar el nombre de estos
exponentes chinos de la moda.